miércoles, 7 de noviembre de 2012

Consumido por el fuego



   ¿Cuanto fuego me queda?... luciernagas despistadas que saltán... borrachas que se condenan... Tu castaño y mi negro son el frío, son mis años gastados los que miran tu corazón. Esta noche no tendré tu huella, seré sangre de un dios vencido, seré ungido en los acordes del demonio y perdonaré cautivo cada lagrima de sangre bebida, cada parte del cuerpo comido.
   El baile esta sucio pero nunca lograrán separar mi alma del fuego, soy la distancia que niega lo que pudimos haber sido. Abandonadme en un cementerio de estrellas, mi materia no va a fomar parte de este universo, nunca más. Que ella no me encuentre, que no me recuerde... estoy maldito y la lluvia nunca se llevará estos pecados.
   Es innegable que me he traido a mi mismo, nadie más dirigió los pasos, no hay inocencia en mis manos, no hay un solo momento que no me arrepienta de estar viendo mi muerte. Espero que el fuego lo haga arder todo, que al final sólo quede un ramo de cenizas y una calavera en el polvo. No es el momento de ser valientes es el momento de estar locos.

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